viernes, 16 de noviembre de 2007

El camino de los ingleses

La tenía anotada como pendiente y ayer la vi finalmente. Me gustó, en general me gustó. El camino de los ingleses, el título es ya de por sí sugerente, ¿verdad?, cuando menos distinto, a mí al menos me llama. Que esté dirigida por Banderas me frenaba un poquito, pero después de haber visto algún trailer había dejado de lado ese detalle.

La historia no me pareció gran cosa, realmente creo que tiene nada nuevo. Es muy trágica. Lo que de verdad me gustó fué la forma de contarla. Esta película es como una poesía, como una danza pausada. La lluvia cayendo poquito a poco, mojando despacito a los danzarines callejeros, las zambullidas en la piscina (a cámara lenta), los saltos de bailarina sobre la tarima, flotando en el aire... incluso me vinieron aquellas palabras: "el aire es en realidad una gelatina, tan cristalina, que no se ve" (Al sur del sur, de Jorge Drexler).

Visualmente es muy bonita.

Me falta hablar del narrador. La voz me sorprendió, y el acento también. Es Fran Perea, que está totalmente fuera de los registros en los que suele vérsele. Una voz, grave, profunda, muy intensa, que narra la poesía que se ve, con palabras, como indicando en qué debes poner la mirada, hacia donde abrir los ojos. Es un narrador porque cuenta, a su manera, lo que vas a ver, pero sólo si te dejas llevar por el aire, por la lluvia, por los colores...

Este narrador es otro personaje, desde una ventana, desde un bar, con una cerveza en la mano, nos va contando... Curiosamente lo rechazan como locutor de radio, comenta algo así como que no lo cogen porque su voz es de radio, tan de radio que resultaría hiperbólico que fuera locutor, una voz de radio, en la radio.

En fin, que es recomendable verla, pero tranquilito, y con calma, una buena tarde de domingo con el sol entrando por la ventana, como ayer, que fué para mí un jueves con tarde de domingo soleada.

"Por el camino de los ingleses se puede llegar al mundo entero".

2 comentarios:

Atlantida dijo...

Yo la vi este verano después de llevar un tiempo anotada en mi libreta de asuntos pendientes, y ... me decepcionó. Estoy de acuerdo en que visualmente es impecable, que la obra entera es una larga poesía hecha película. Pero me resulto hueca, vacia, como un precioso tronco de árbol, hermoso, majestuoso, digno de fotografiar, pero nada más. Por dentro está hueco, seco, y puede aportar poco más que la imagen de algo bello.
Hay películas que claramente están hechas con la intención de entretenerte, otras, intentan contar algo, mostrarnos algo. Es evidente que El camino de los ingleses no está hecha para entretener al público, busca algo más, contarnos algo, dejarnos algún legado oculto, pero no lo consigue. Conmigo al menos no lo consiguió, se convirtió en un quiero pero no puedo que al principio quedaba colmado con la maravillosa poesía de sus imágenes, pero que poco a poco, el abuso de estas y del narrador, me pedía algo más que no llegaba nunca, y que no llegó cuando la película concluyó y llegué a los títulos de crédito.

Mario Fizzio dijo...

Yo, sin embargo, no le ví tales pretensiones, supongo que por eso no me decepcionó, y también, claro, porque la poesía me llenó tantísimo los ojos y los oídos que sentí que no necesitaba nada más.

La historia es simple, sin dobleces, pero la pausa, la narración, los colores, el aire... eso es lo que me pareció que era esta pelicula, ritmo, sonoridad e imágenes.