lunes, 16 de junio de 2008

Ciudad, solo

Me he imaginado viviendo en una ciudad en la que no conociera a nadie, no al menos al llegar, sería como empezar de cero pero sin que suene tan... reconstructivo...

Sintiéndome solo de verdad ,es decir, estándolo.

De repente ha empezado a hacerse el silencio, han desaparecido los coches, el tráfico, ha sido extraño, porque sí los veía... después se ha esfumado el murmullo de la gente, sus pisadas, sus conversaciones atropelladas... ni ha quedado el ruido de los árboles, ni el de los pájaros...

Al poco, me he dado cuenta de que no me escuchaba, no me oía... el silencio se ha hecho con mi interior.

Y así, sitiéndome en la nada, en el vacío, en completa soledad, me he dado cuenta de que no lo imaginaba, porque estaba siendo...

7 comentarios:

Einash dijo...

A mi me encantaria empezar de cero...

Anónimo dijo...

a veces
es necesario...

Anónimo dijo...

la noxe decidio que con una era suficiente

xa ke me iba a dejar ser feliz?

espero ke tu andes mejor

Anónimo dijo...

¿Te llamas Mario verdad? Gracias por haber pasado por mi blog, he visto que tenía comentarios nuevos y al ver que eran tuyos, como no te conozco, he pasado por el tuyo para echarle una ojeada. Y por lo que he visto por encima, creo que lo que escribes es muy interesante. Prometo que en cuanto tenga un ratito libre leo todas tus entradas, ahora me tengo que ir, pero volverás a verme por aquí.

Muchos saludos

Ego dijo...

Que la Luna está cansada de ser el amor de todos lo sabemos, pero me da que han borrado la sentencia, o están en ello. Estas cosas en el entorno de la Catedral no gustan a los militantes.
Por lo demás, no está de más estar solo. Sienta muy bien largarse solo a una gran ciudad. Pasar. Conocer de pronto. Y ser feliz a cachos. Partiendo de cero, como dice Einash.
Un (b)eso...

Anónimo dijo...

Un planeta invisible.... o como dicen en radio 3 tu ciudad invisible.
saludos

Mariajo Moreno dijo...

Yo lo hice una vez. Me cambié de ciudad sin conocer a nadie, ni el idioma, nada... Fue increible y se lo recomiendo a todo el mundo. No hay nada mejor para conocerse a uno mismo y abrir la mente. Es en esos momentos cuando de verdad se rompen las fronteras y la edad, sexo, religión, raza... dejan de existir.